Pieles de jaguar secando al sol en un lote de Playa del Carmen alertan sobre negro negocio. Interpone denuncia asociación Balam Kaan Wild

Un par de pieles de jaguar secando al sol dentro de un negocio de grúas, en Playa del Carmen, prende la alerta sobre la posible caza y comercialización de pieles de animales en peligro de extinción.

Como se aprecia en las fotografías, tomadas desde el exterior del lote; sobre el barandal de lo que parece ser la oficina de un negocio identificado como “Grúas y Equipos RP Cancún”, hay dos pieles de jaguar secando al sol, una corresponde a un animal adulto, y otra, a la de un ejemplar más pequeño.

Sobre este asunto, Mario Zamudio Buil, de la asociación Balam Kaan Wild, comentó que interpusieron la denuncia correspondiente ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como ante la Dirección de Medio Ambiente del municipio; ya que se trata de una situación totalmente irregular, destacó.

Zamudio Buil subrayó que es obligación de las dependencias federales investigar la procedencia de las pieles, toda vez que provienen de animales en peligro de extinción; y sin lugar a dudas tienen un fin comercial.

Enfatizó que es indispensable determinar si los animales eran propiedad de los mismos dueños de las pieles o bajo qué condiciones se dio la adquisición; y es que al tenerlas secando se presume que apenas están en procedimiento de conservación, es decir, que son recientes.

En el lugar se encontraba un hombre que cuando se percató de que estaba siendo fotografiado el sitio, se retiró del sitio, lo que confirma que se trata de un negocio ilegal.

“Profepa tiene que investigar, principalmente, por qué están esas pieles ahí. No es normal. La Profepa debe ver de dónde salió, es decir, cómo llegaron y qué hacen en ese sitio”, enfatizó el representante de la asociación Balam Kaan Wild.

Mario Zamudio reclamó la pronta actuación de las autoridades protectoras del medio ambiente, pues recordó que en junio del año pasado, denunció a traficantes de caparazones, carne y huevos de tortugas marinas, y cuyos restos eran depositados en un predio de la calle 68, cerca de la carretera federal, sin embargo, la negligencia de la Profepa y la tardanza en su actuación permitió evadirse a los responsables del delito ambiental. (NoticaribeNews)