Mujer que denunció desde secuestro hasta violación es defraudadora profesional

La pseudos-empresaria, que argumentó un “levantón” y dijo que fue privada de su libertad en Cancún y milagrosamente logró escapar de sus captores en Playa del Carmen, Laura Rodríguez Flor, es una experta defraudadora ya demandada ante las autoridades.

Porque es la misma persona que defraudó por un monto de 130 mil pesos a un grupo de 30 alumnos de la Universidad del Caribe, tras comprometerse a preparar todo lo relativo a su fiesta de graduación y desaparecer repentinamente como si se la hubiera tragado la tierra.

Los universitarios vieron truncadas sus ilusiones a causa de una mujer irresponsable que, sabiendo muy bien lo que hacía, estuvo cobrándoles durante meses la cantidad de 650 pesos semanales por cada uno de ellos y los invitados que pensaban acompañarles en la fiesta de graduación, sin importarle en lo absoluto el dolor y frustración que causaría con su reprobable acción.

Un grupo de jóvenes estudiantes se presentó en las instalaciones de POR ESTO! de Quintana Roo para desenmascarar a Laura Rodríguez Flor y poner sobre aviso a otras personas que pudieran ser embaucadas a futuro por la dizque empresaria, cuyo modus vivendi es al parecer engañar a todo el que se le ponga por delante.

Explicaron que tenían planeada su ceremonia de graduación para el primero de junio y mucho antes comenzaron con los preparativos, para lo cual se dieron a la tarea de buscar vía Internet empresas que se dedicasen a este tipo de eventos, encontrando la página banquetes.mx. Dijeron que cotizaron en varias empresas y el mejor presupuesto que encontraron fue el ofrecido por Laura Rodríguez Flor, en virtud de que incluía absolutamente todo, desde el mobiliario y vajilla, pasando por el grupo musical y una cena en tres tiempos, motivo por el cual comenzaron a pagar cada uno de ellos diferentes cantidades, según el número de invitados, en el entendido de que por cada persona tendrían que abonar 650 pesos semanales.

Agregaron que antes de cerrar el trato se entrevistaron personalmente con Laura Rodríguez, la cual acudió a la Universidad del Caribe y a todos les pareció que su propuesta era excelente, motivo por el cual la defraudadora les dio sus datos para que cada uno de ellos pudiera ponerse en contacto y comenzar a pagar en abonos.

“Todos los jueves iba a cobrarnos a la universidad, pero también quedábamos con ella en determinados lugares, incluso en su oficina, ubicada en la avenida Yaxchilán, de acuerdo a lo que mejor nos conviniera; el primero de mayo nos tenía que dar ya el contrato que supuestamente había concertado con el hotel Paradisus, donde sería la fiesta, pero ese día nos puso la excusa de que no podría ser porque no se había terminado de pagar el importe completo y sería hasta que se liquidase el importe cuando tendríamos el contrato”.

Los universitarios mencionaron que el pasado lunes algunos compañeros que aún no terminaban de pagar su parte se comunicaron con ella y quedó en verlos al día siguiente, en diferentes horarios; ese día, Laura Rodríguez supuestamente iba a cerrar el contrato con el hotel, pero el mismo martes, cuando los compañeros la llamaron para quedar, no contestaba el teléfono.

“Lo que nos alarmó es que a uno de los compañeros, el último que habló con ella el lunes, le llamaron a las nueve de la mañana desde un número de Playa del Carmen diciendo que la policía judicial estaba investigando el secuestro de Laura Rodríguez Flor y como fue el último en hablar con ella, se pusieron en contacto”.

Algo que para los universitarios no encaja es que si a Laura Rodríguez, según ella misma declaró a la policía, le robaron su bolso con 50 mil pesos, cómo es posible que la judicial pudiera tener el número de su compañero, que debía estar grabado en el celular de la mujer, cuando por lógica el teléfono debía estar también en su bolsa.

“Después de la llamada al compañero entramos en pánico y fuimos a su oficina en la avenida Yaxchilán, que se encontraba cerrada y completamente vacía, tal y como se podía observar desde la calle; hablamos con el señor de abajo, que tiene un ciber, el cual nos dijo que había rentado el local a Laura pero le debía dos meses de renta y también nos comentó que otras personas habían ido a buscarla para cobrarle porque les debía dinero, en pocas palabras, se esfumó con lo que le pagamos para organizarnos nuestro evento, motivo por el cual fuimos a la PGJE para levantar una denuncia por fraude, que quedó asentada en la averiguación previa AP/ZN/CAN/01/02/2337/05-2013”.