Embarcaciones menores, otro día sin hacerse a la mar

Por segundo día consecutivo, luego de retirada la alerta de “Rina” y por razones que sólo comprenden en la Ciudad de México y en la Capitanía de Puerto, se mantuvo cerrada la navegación de embarcaciones menores en la isla desde el amanecer, cuando el “Norte” que se esperaba desde hace días no comenzó a soplar sobre la isla sino hasta las 18 horas del sábado.

Cada cierre de puerto deja sin navegar a unas 500 embarcaciones y afecta a todos los que dependen de ellas y aunque se hace por motivos de seguridad, existe una tendencia hacia la exageración; esto de acuerdo a la opinión de operadores de buceo y boteros que resultan afectados.

Aunque efectivamente este sábado la isla empezó a ser afectada por un “Norte” acompañado de fuertes ráfagas de viento; esto no ocurrió sino hasta las seis de la tarde, una hora en la que la mayoría de las operaciones de este tipo de lanchas, de cualquier forma ya habrían concluido.

Sin embargo, el puerto no fue cerrado por la tarde del sábado, sino que ha estado cerrado desde el miércoles pasado por el acercamiento de “Rina” y continuó así, a pesar de que desde el viernes terminó la emergencia y ese día hubo buen tiempo.

Cerrar el puerto es decisión que toma la SCT federal a través de la Capitanía de Puerto local y para este sábado, en Quintana Roo sólo estuvieron cerrados los puertos de Holbox y de Cozumel, como si el resto de los recintos portuarios no estuvieran sujetos a las mismas condiciones.

Ahora, ya con el “Norte” azotando la isla, el puerto no será abierto para estas embarcaciones sino hasta que su efecto termine, lo que puede pasar en uno o dos días, en el mejor de los casos.

Aunque la actual Capitanía de Puerto aplica estrictamente el criterio para los cierres de puerto, no ha podido aplicar la misma línea para resolver otros problemas que le corresponden, como el desalojo de la sinagoga que, contra toda ley aplicable, opera en un edificio federal bajo el resguardo de esta instancia porque el anterior capitán, Francisco Quiñones, se lo rentó indebidamente a unos judíos que, amparo en mano, se niegan a desalojar; o el hecho de que el radar marino de Cozumel, que debería ser uno de los mejores del país y habría permitido ubicar y atrapar a los ladrones que el pasado 4 de octubre supuestamente huyeron en lancha con un botín de 29 millones de pesos, no funciona porque no dispone de personal capacitado, porque frecuentemente le roban el cable de cobre que le alimenta de energía y porque no hay interés en que funcione.