Continúa Venta de terrenos en selva Cozumeleña de manera engañosa

Siguen los timos con terrenos que se venden y compran entre particulares en zonas de la isla donde está completamente prohibida la construcción, invitan a la comunidad a no caer en engaños e informarse con las autoridades antes de comprar.

Nuevos asentamientos tipo “Las Fincas” podrían surgir en plena selva cozumeleña, donde sigue la compraventa de terrenos sin que se explique a los compradores las limitantes de uso de suelo que tienen los predios.

Personas de buena fe que, como casi todos, tienen la necesidad y la aspiración de contar con una propiedad que fortalezca el patrimonio de sus familias, podrían convertirse en víctimas de timadores y ver frustradas sus expectativas.

Se sabe de operaciones de compra venta de terrenos entre particulares que se han hecho sobre predios de la llamada “reserva ganadera”.

Esta no es una zona en particular de la isla, sino que se conoce así a un conjunto de terrenos de 75 hectáreas cada uno, no todos colindantes entre sí, que en la década de los años setenta fueron dados como indemnización a ejidatarios afectados por la expropiación de terrenos costeros con que se formó el ya desaparecido Fideicomiso de la Caleta Xel Ha y del Caribe, mejor conocido como “el Fidecaribe”, entidad gubernamental creada para promover la inversión turística.

Esos terrenos, aunque pertenecen a ejidatarios, no son ejidos; son terrenos de propiedad privada con títulos de propiedad que efectivamente pueden venderse y comprarse legalmente. Sin embargo, están ubicados en áreas selváticas de la isla y están sujetos a fuertes limitaciones de uso de suelo, así como a diversas leyes y reglamentos de protección ambiental debido a las especies animales y vegetales que ahí habitan.

De hecho, buena parte de esas tierras está comprendida en el decreto de creación de una zona protegida estatal llamada Selvas y Bosques de Cozumel que se declaró en la administración pasada.

En general, son terrenos en los que no puede construirse nada que no sea el equipamiento más básico de un rancho y la gente que los está comprando no necesariamente está enterada de esa situación y los compran con la idea de que algún día podrán habitar ahí, algo que es inviable e indeseable para la propia salud de la isla.

Sin embargo, como muchos de los dueños originales de esos polígonos, a sabiendas de que no podían hacer nada, ya vendieron los predios a gente que desea a su vez revenderlos, el comercio y la especulación con esos terrenos sigue adelante porque aunque cuando se les pregunta recomiendan informarse primero, en general las autoridades del municipio no han sido eficaces en dar claramente el mensaje de que en esos terrenos no puede haber un desarrollo inmobiliario de ningún tipo y nunca habrá servicios urbanos, como aseguran los vendedores a los incautos.

Para evitar ser víctima de un engaño y encontrarse en el futuro con que ha comprado una propiedad que no puede usar para lo que usted quería, la recomendación es acudir primero a verificar las reglas a las que está sujeto el predio, información que puede conseguirse en la Dirección de Desarrollo Urbano del municipio, dependencia que se ubica en el palacio municipal. Verificar es mejor que arrepentirse, pues en caso de violar esas reglas, puede haber graves sanciones.