Acusados de ejecución de “taquero” dicen ser solamente “cobradores”

Los tres asesinos de Saúl Alonso Rey Soto rindieron su declaración preparatoria el día de hoy ante el Juzgado Segundo de lo Penal, en la cual negaron los hechos con el pretexto de que fueron golpeados por la policía para su declaración ministerial.

Uno de los acusados, en su declaración ministerial, dijo que iban a cobrar una deuda que asciende a 50 mil dólares americanos al ahora occiso, pero no señaló el nombre de la persona a quien el ahora difunto supuestamente debía dicha cantidad.

Alrededor de las 13:30 horas, los tres homicidas que responden a los nombres de José Gil Caro Monje, Alejandro Lua Osuna, y Jonathan Jehovani Osorio Uriarte fueron sacados del Centro de Readaptación Social (CERESO) de esta ciudad para ser llevados detrás de la rejilla de prácticas del Juzgado Segundo de lo Penal, para que rindan su declaración preparatoria.

Primeramente, se les leyó la denuncia que obra en contra de ellos por el delito de homicidio calificado; luego, fueron separados, y solamente uno se quedó detrás de las rejillas de prácticas.

El primero en el trámite fue Alejandro Lua Osuna, originario de Michoacán y de 18 años de edad, a quien se le leyó su declaración ministerial, en la que refiere que llegó a esta ciudad hace como 15 días, procedente de Guadalajara, por invitación de José Gil Caro Monje.

Dijo que llegó a Chetumal con la intención de pasear, pero que estando aquí Caro Monje lo invitó a dar “piso” a un taquero y que a cambio le iban a pagar 20 mil pesos, con los cuales tenía planeado poner un negocio de ropa.
Agregó que al momento de los hechos, tuvo problemas con su arma, por lo que su compañero Jonathan Jehovani Osorio Uriarte fue quien disparó al taquero Saúl Alonso Rey Soto.

Después de escuchar su declaración ministerial, al acusado se le preguntó si ratificaba su declaración rendida ante el Ministerio Público, pero para ello se le explicó qué significaba la palabra ratificar, y luego dijo que es correcto el contenido de su declaración ministerial.

Sin embargo, después dijo: “Algunas son ciertas y otras no”, refiriéndose al contenido de su declaración ministerial.
Después de esto, el acusado se reservó el derecho de contestar las preguntas del fiscal, una de de las cuales era que dijera el motivo por el que mataron a Saúl Alonso Rey Soto.

Seguidamente, compareció Jonathan Jehovani Osorio Uriarte, de 22 años, a quien también se le leyó su declaración ministerial, en la cual mencionó que primero llegó al Distrito Federal procedente de Culiacán, Sinaloa, después viajó a Cancún, y que el 20 del mes de marzo del presente año viajó a esta ciudad por invitación de José Gil Caro Monje, porque supuestamente iban a poner un negocio de mariscos.

Pero también dijo que se encargaron de localizar todas las narcotiendas para que se alinearan con ellos.
Sobre el día de los hechos, dijo que José Gil Caro Monje lo invitó para ir a matar al taquero.

Este presunto criminal, después de escuchar la lectura de su declaración ministerial, reconoció como su firma y huella las que obran en el expediente y luego señaló: “Pero lo que dicen ahí no es verdad”.

El acusado también se reservó el derecho de contestar las preguntas del fiscal, entre las que le pidieron que dijera si conoce a Alejandro Lua Osuna, el primer delincuente que declaró.

Después de ésto, la defensa del acusado pidió al juez que diera fe de los golpes que presenta su defendido y éste se desnudó detrás de la rejilla de prácticas y mostró moretones en diversas partes del cuerpo, el más grande, uno que tenía en el glúteo derecho y que mide alrededor de 20 centímetros de ancho y 30 centímetros de largo.
Con ésto se dio por terminada la comparecencia de dicho presunto criminal.

Por último, compareció José Gil Caro Monje, de 20 años de edad y originario de Guadalajara, Jalisco, a quien también le leyeron su declaración ministerial, en la que se consigna que él dijo haber dado órdenes a los otros dos para que fueran a la casa de Saúl Alonso Rey Soto para cobrar una deuda que asciende a 50 mil dólares americanos.

Indicó que él los llevó y les enseño la casa y que a cada uno de ellos les iba a dar 20 mil pesos por ese trabajo.

Después de que el presunto criminal escuchó su declaración ministerial, reconoció como su firma y huella las que obran en el expediente, pero salió con que la declaración que le fue leída no es correcta porque los judiciales lo golpearon y que le pusieron una bolsa en la cabeza.

La defensa también pidió al juez que diera fe de las lesiones que presentaba el acusado; sin embargo, éste solamente mostró unas cuantas excoriaciones en el cuerpo.
Con esto se dio por terminada la comparecencia de los acusados del asesinato de Saúl Alonso Rey Soto.

La situación jurídica de los acusados será resuelta dentro del término que marca la ley, la cual podría ser auto de formal prisión o auto de formal libertad, dependiendo de las pruebas que entregue la PGJE y de la valoración del juez.

Cabe recordar que los tres sujetos fueron detenidos cuando huían a bordo de un carro tipo Pointer, con placas de circulación UUL-34-25, en la colonia Arboledas de esta ciudad, tras una persecución policial, luego de haber ultimado a Saúl Alonso Rey Soto y herido a su hijo Saúl Rey Galarza.

Los sangrientos hechos ocurrieron el sábado, alrededor de las 22:42 horas, cuando los tres sicarios que viajaban a bordo de dicho auto, llegaron enfrente de la casa de Saúl Rey Soto, ubicada en la calle Chunyah número 256, entre Colibrí y Perdiz, en la colonia Emancipación.

Los tres matones, luego de descender de la unidad se introdujeron a dicho domicilio, en donde al parecer discutieron con Saúl Rey Soto, a quien le dispararon con un arma de fuego, al parecer calibre 38, mientras que su hijo recibió proyectiles de un arma calibre 45.

Los tres matones después de los hechos emprendieron la veloz huída rumbo a la avenida Maxuxac, en donde fueron perseguidos por patrullas de la Policía Municipal Preventiva (PMP), en coordinación con otras corporaciones policiales.

Asimismo, los ocupantes de una ambulancia de la Unidad de Respuesta a Emergencias Médicas (UREM) de la Policía Municipal Preventiva escucharon vía radio las características del carro en el que se daban a la fuga los sicarios, con los cuales se toparon en la avenida Maxuxac, por lo que comenzaron a perseguir al auto tipo Pointer en el que huían los delincuentes, hasta alcanzarlos en la calle Otilio Montaño con Guanábana, en la colonia Arboledas, junto con unidades de otras corporaciones policiales.

Pero antes de que los delincuentes fueran alcanzados por la ambulancia, éstos dispararon a la unidad, sin que lograran lesionar a algún paramédico.

Los sicarios, al verse acorralados, se bajaron de la unidad y huyeron corriendo, pero no avanzaron mucho cuando fueron detenidos por elementos de la Policía Municipal Preventiva.
A los detenidos se les aseguró un arma de fuego, al parecer calibre 38.

Primero fueron llevados a las instalaciones de la Policía Municipal Preventiva para el examen médico respectivo, y luego fueron puestos a disposición de la PGJE, que los consignó en la noche del lunes ante el Juez Segundo de lo Penal bajo el cargo de homicidio calificado.