Turismo desaparece por lluvias

Desolados los balnearios públicos de la Zona Hotelera, donde no había ni un alma a causa de las desfavorables condiciones climáticas, con tremendos aguaceros y fuertes vientos que provocaron que desapareciera por completo la playa de Tortugas, donde las olas rompían contra las estructuras de los restaurantes y chocaban contra el muelle de madera, que en ocasiones resultaba rebasado por la intensa marejada.

La fuerza de los vientos ocasionó la caída de dos pequeños árboles en puntos diferentes del bulevar Kukulcán, además de un poste con una caseta de teléfono que se ladeó frente a Plaza La Isla, aunque en este caso no llegó a tocar el suelo.

Las intensas lluvias anegaron por completo algunos puntos de la Zona Hotelera, como el Jardín del Arte, donde el pasto asemejaba una laguna y la base de algunas palmas de coco quedaba sumergida bajo las aguas.

A lo largo de toda la avenida principal ramas, hojarasca y pequeños cocos se encontraban diseminados, mientras personal de Fonatur, sin importarle la intensa lluvia, se abocaba a levantar la basura orgánica con objeto de devolver la buena imagen a la vialidad.

En algunos puntos de la carretera se formaron encharcamientos que levantaban espuma blanca al paso de los automóviles, en especial los camiones de ruta y autobuses de pasaje.

Según informaciones proporcionadas por la Policía Turística, un pequeño árbol fue derribado por los vientos durante la madrugada en la ciclopista y otro más en playa Tortugas; además se registraron inundaciones a la altura de plaza La Isla sobre el carril de subida, que no tardaron mucho en desaparecer.

Unos cuantos turistas caminaban sobre el bulevar Kukulcán, bien protegidos por impermeables o, como en el caso de tres visitantes extranjeras, luchando contra el viento bajo sendos paraguas que a punto estuvieron de voltearse, tanta era su fuerza.

Las plazas comerciales se encontraban prácticamente vacías, al igual que el mercado de artesanías Coral Negro, donde varios locales permanecieron cerrados, conscientes sus propietarios de que el desapacible día no fomentaría las ventas.

Del mismo modo, el mercadito de artesanías al aire libre ubicado en la explanada junto a Plaza Zócalo no abrió y todos los tenderetes se encontraban cubiertos con gruesas lonas.

Lo más llamativo fue la erosión registrada en gran parte de las playas a consecuencia del fuerte viento e intenso oleaje, siendo una de las más afectadas Tortugas, donde el mar llegaba a tocar la estructura de los restaurantes, que se encontraban completamente vacíos.

De hecho, el mobiliario conformado por mesas, sillas, camastros y sombrillas no se instaló en virtud de que no quedaba un espacio de arena, por pequeño que fuera, para colocarlos.

La tónica general del domingo fue completa desolación tanto en playas como en la vía pública, con un ligero movimiento turístico en el área del Party Center, pese a lo cual plaza Fórum se encontraba prácticamente vacía.