Sindicato de taxistas está secuestrado por "Los Zetas", reconocen en revisión interna

Cerca de 2 mil 500 martillos involucrados con grupos delictivos en Cancún, más de 150 socios relacionados con delincuentes y alrededor de 750 unidades de taxi clonadas para delinquir, son las cifras que ha dejado hasta el momento la infiltración del crimen organizado en el Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo.

Los números son el resultado de una revisión interna realizada por miembros del sindicato que han sido amenazados por no participar directamente dentro de la actividad delincuencial desde el gremio de transporte.

La realidad es más difícil que nunca para un sindicato que, en su momento, significó caja chica para gobiernos estatales y un gran negocio para los presidentes municipales en turno de Cancún.

Sin embargo, todo eso ha quedado de lado. Actualmente, quien ordena en el Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo es el crimen organizado y en particular la célula delictiva de los “Zetas”.

Fuentes oficiales del sindicato dieron a conocer el desglose que conoció la actual dirigencia antes de ingresar al frente del gremio y cómo, durante la administración de Manuel Mendoza, se permitió directamente la infiltración del crimen organizado.

La infiltración

Desde el 2010, los “Zetas” comenzaron su infiltración en el Sindicato de Taxistas Andrés Quintana Roo. El proceso tuvo tres etapas y muchos cómplices, ya que a pesar de la advertencia que en su momento se manejó al interior del organismo, la dirigencia no actuó en consecuencia.

Así, la primera etapa del proceso consistió en dar de alta a una base neta de 300 operadores (martillos) ligados directamente con el grupo delictivo; para ello, se usaron papeles falsos e incluso no se cobraron las cuotas estipuladas en los tabuladores del sindicato para poner a “trabajar” a estos operadores.

Una vez lograda la incrustación de pseudochoferes, el siguiente paso fue determinar quiénes eran los líderes, el funcionamiento del sindicato con rutas y modelos de transporte manejados en la ciudad.

De esta etapa se desprenden las redes criminales de taxistas al servicio de la delincuencia organizada, tanto en la zona hotelera, el centro de la ciudad, así como las colonias populares del municipio.

En esta etapa también se logró establecer una cadena de delincuentes al volante que fungen como narcomenudistas movibles y no fijos. Este sistema le ha dado muchos dividendos a los “Zetas”.

En menos de dos años, la estructura criminal del Sindicato de Taxistas está tan arraigada que los martillos son divididos en tres grupos: los Halcones, narcomenudistas y los pilotos. Los primeros son quienes están al pendiente de cualquier acción de las corporaciones policiacas. Los segundos venden la droga en distintos puntos, principalmente en la zona hotelera. Los últimos, son relacionados con los “levantones” y el traslado de sicarios y miembros del grupo delictivo.

Bajo esta estructura, los “Zetas” también establecieron la vigilancia interna del sindicato, esa es la última etapa del proceso. En ella, las amenazas son la principal arma contra quienes saben la situación al interior del gremio.

La intimidación, así como secuestros y golpizas cometidas hacia supervisores, socios e incluso miembros de la dirigencia, es un sistema que también ha funcionado para que se mantenga la estructura criminal interior de los taxistas.

Así, en tan sólo dos años se conoce la cifra dura extra oficial: 2 mil 500 operadores relacionados con actividades del crimen organizado y poco más de 150 socios del sindicato trabajando directamente con los núcleos delictivos.

La clonación de unidades

Además de haberse infiltrado e incrustado dentro de los sindicatos de taxistas en la zona Norte del estado, la delincuencia organizada ha comenzado a clonar desde placas de taxi hasta números económicos para realizar actos delictivos tanto en Cancún como en Playa del Carmen.

Desde el mes de abril del 2011, la Dirección de Comunicaciones y Transportes (SCT) y la dependencia estatal encargada del transporte, han recibido reportes sobre clonación de vehículos utilizados como taxis.

La clonación se ha dado ante la complicidad de los propios sindicatos, ya que no existe una vigilancia en coordinación dentro de los gremios para evitar este ilícito considerado como grave.

Lo anterior se debe a que la delincuencia organizada utiliza la clonación de autos de alquiler para realizar actos delictivos como “levantones”, distribución de drogas y en algunos casos, hasta llevar a cabo intentos de asesinatos como el atentado en contra del ex alcalde de Solidaridad Miguel Ramón Martín Azueta.

Un informe de la Dirección de Comunicaciones y Transportes del estado, sostiene que “existe clonación de taxis por parte de la delincuencia organizada, principalmente en la zona Norte de la entidad, lo que obliga a la dependencia a redoblar la vigilancia en coordinación con los sindicatos de taxistas y evitar este ilícito”.

De igual manera sostiene que la grave situación que están viviendo principalmente los municipios de Solidaridad y Benito Juárez es porque la delincuencia organizada está clonando automóviles de alquiler para realizar diferentes actos ilícitos como “levantones” y distribución de “estupefacientes”.

Dentro de las autoridades encargadas de regular el transporte, existe una preocupación por esta situación, ya que los casos reportados se han incrementado desde el 2007 a la fecha, donde los taxistas se han visto involucrados indirecta o directamente en cuestiones de hechos delictivos.

Ante esto incluso, las dependencias han manejado dos vertientes. La primera de ellas es que es necesario que cada sindicato de taxistas de los diferentes municipios deben de llevar un mejor de control en cuanto a los números de serie y económico, así como también deben de conocer a la perfección la persona que conduzca cada automóvil que presta el servicio público.

El segundo es establecer un padrón de taxistas en Quintana Roo, ya que en la actualidad se contabilizan más de 9 mil placas entregadas en los nueve municipios para el servicio, situación que debe ser confirmada.

A la par de esta situación, también se hace una recomendación a la ciudadanía para que verifique las placas que trae el vehículo y en caso de notar alguna anomalía, no hacer uso del vehículo.

El objetivo de esto es no satanizar a todos los taxistas, ya que no todos están involucrados con la delincuencia organizada. La intención es que las células delictivas se apoderen de números económicos para camuflar sus vehículos y cometer delitos.