Negocios de China no dejan beneficios en las regiones donde se asientan

El polémico proyecto del Dragon Mart, mediante el cual se pretende convertir a Quintana Roo en un centro distribuidor de productos chinos, forma parte de un silencioso plan de China para conquistar puntos estratégicos del mundo y consolidar así sus pretensiones hegemónicas, sin ningún beneficio para las regiones en las que asienta sus negocios, según sostienen analistas internacionales.

A pesar de las protestas contra del proyecto Dragon Mart, éste sigue avanzando, ya que hace unos días se solicitó de manera formal la licencia de construcción para iniciar los trabajos que se pretenden llevar a cabo en el predio “El Tucán”, en Puerto Morelos.

La molestia de ambientalistas, catedráticos, algunos empresarios y ciudadanía en general, surge porque el ambicioso proyecto podría afectar varios factores en México, desde el ambiental, económico y cultural.

Sobre este tema, Julián Pavón, un catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, dice que China se ha convertido en el acontecimiento del siglo XXI, porque está adquiriendo el poder industrial, financiero y tecnológico del mundo.

Durante una entrevista, el profesor dice que la expansión de empresas chinas en España ha generado un gran número de desempleo.

Al parecer, la península de Yucatán tiene el mismo interés para los chinos que la región ibérica, pues en Barcelona han sentado sus reales y en Zaragoza está en proceso de la instalación de un centro distribuidor de mercancía.

El poder de China

Sobre el crecimiento de China en el mundo, el catedrático asegura que se debe gracias a que aplica el modelo parasitario, el cual consiste en adquirir recursos de forma pacífica, contrario a lo que se hace de manera tradicional en otros países que utilizan el modelo simbiótico, donde los dos países ganan o el modelo depredador, que se consiguen los recursos por la fuerza.

Una de las tácticas que utiliza China para expandirse es que aprovecha las ventajas de la globalización hacia afuera, pero luego impiden que la globalización llegue a ella.

Su poder se debe en gran parte porque sirven para ellos mismos, crean empresas chinas, emplean trabajadores chinos y los productos se fabrican en su país, lo que significa que el dinero vuelve a China, señala el especialista.

Analiza que si China se está convirtiendo en la fábrica del mundo, quiere decir que ha habido muchas empresas industriales en occidente que han cerrado, por lo tanto, es lógico que la desindustrialización de occidente vaya paralela a la creación de la fábrica del mundo en China.

Dice que los países occidentales ayudan a China en su conquista del mundo por interés, ya que varias empresas multinacionales, europeas y americanas, están fabricando en China y quieren vender sus productos al resto del mundo sin aranceles. Por eso, estas empresas multinacionales presionaron para que se permitiera la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio.

Esto aunado a su cultura, ya que la actitud de los orientales hacia el trabajo es distinta a los occidentales, ya que mientras para China el trabajo significa una aportación social, para occidente se trata de un castigo por cuestiones culturales. Esto genera que la mano de obra sea más barata en China, además porque los sindicatos están prohibidos en el gobierno comunista, lo que los hace trabajar en condiciones que los occidentales no soportarían.

Actualmente China tiene 3 billones y medio de dólares en reservas de divisas. El 40% del total de divisas del mundo y se ha convertido en un país con una capacidad de crédito casi ilimitado.

Esto hace pensar en el daño que generaría la construcción del Dragon Mart en México, especialistas y empresarios aseguran que enfrentaría a un fuerte impacto de piratería y prácticas ilegales en las industrias nacionales como sucede en el establecido en Dubai, donde se han incautado 2 mil 500 productos falsificados, multas a más de 113 tiendas instaladas en el complejo y destruido 453 mil productos falsificados.

Empresarios aseveran que la llegada del proyecto chino propiciaría la desarticulación de por lo menos 20 sectores industriales y la pérdida de más de un millón de empleos en el país.