Enrique Iglesias estremece Cancún con su “Euphoria”

Con una energía y alegría desbordantes, y a la vez pícaro, el intérprete español Enrique Iglesias cantó ante unas diez mil personas, la mayoría turistas extranjeros y también mexicanos, reunidos en los campos de golf de un hotel de esta ciudad.

En una noche fresca, adornada por una enorme luna detrás del gigantesco escenario, el madrileño que ha colocado 22 de sus temas en el número uno de las listas del Billboard Hot Latin Track, abrió su "show" con temas cantados en inglés, "Tonight (I'm Lovin' You)" y "Dirty dance".

¿Cómo estás Cancún, qué onda Cancún? preguntó Iglesias, a un público que desde las primeras canciones ya estaba prendido y se había rendido a sus pies, en el inicio de una euforia incontenible que se prolongaría por una hora.

En su lengua materna "The Supernova", el apodo por el cual es conocido por sus fans en todo el mundo, Iglesias preguntó cuántos de los ahí presentes hablaban español y entonces de su garganta comenzó a brotar "No me digas que no".

El coro rugió y le siguió fiel hasta "Bailamos", "Héroe", "Ayer" y "Cuando me enamoro".

Sin dejar de tomar y compartir con sus músicos el contenido de una botella de licor, corretearlos por el escenario hasta alcanzarlos para lanzarles el polvo frío de los extinguidores, Iglesias había logrado el control total para cuando cantó "I Like it" (me gusta).

Y seguramente era eso lo que esperaba, gustar y encantar a sus fans que le tiraban teléfonos al escenario, los cuales recogía para tomarse fotografías él mismo con los gestos y señales típicas de la juventud actual.

Como el título de su más reciente disco "Euphoria", que ha logrado posicionarlo en el Top 10 de las listas de los más vendidos en diversos países, Iglesias se apoderó, desbordado, de sus fans que de pie o sobre los asientos bailaban, saltaban y festejaban sus ocurrencias.

Su buen ánimo era contagioso y con el rostro colorado por la risa, el hijo de Julio Iglesias e Isabel Preysler invitó a subir con él a Scott, un joven de Toronto, Canadá.

Del joven norteamericano, Iglesias no logró arrancar ni una sola estrofa de una canción de amor en inglés o español, pero sí un gran momento de buen humor por las ocurrencias del chico que decía que en México ya estaba en edad legal y podía tomar licor porque ya tenía 18 años.

Para entonces nadie se acordaba de la breve rechifla por el retraso de casi una hora del cantante y sus músicos.

Las luces, la música y principalmente la voz y el carisma del intérprete de "Si tú te vas", "Experiencia religiosa" y "Escape", hicieron perfecta la noche con la brisa del Mar Caribe, abanicando a los naturales y extranjeros, convocados para formar parte de la gira "Euphoria".

Una euforia que continuará en breve en la Ciudad de México, después de los tres días que el artista se tomará de descanso en Cancún, según dijo él mismo en breves entrevistas a algunos medios.

Iglesias dijo que le daba gusto estar en este destino turístico, por su gente y su playa, y aunque el lugar reservado para el concierto no tuviera lleno total de todas maneras daría todo en el escenario por la gente que llegaría a oírlo cantar.

Fotos: Elizabeth Ruiz