Narcoadolescente con largo historial fue consignado por homicidio

El narcoadolescente Jonathan Adriel Meneses Marín, de 15 años de edad, fue detenido en dos ocasiones en el año 2010, ambas por faltas administrativas, aunque su carrera delictiva comenzó hace cuatro años, cuando empezó a vender drogas sin que nadie en su familia se lo pudiera imaginar.

Según la Dirección de Seguridad Pública, el 14 de enero del 2010 fue detenido a espaldas de la secundaria Presidente Juárez después de que su propia madre lo descubriera fumando un cigarrillo y ella misma solicitase la presencia de una patrulla, en tanto que el 23 de octubre de ese mismo año se le detuvo por ingerir bebidas embriagantes en la vía pública.

La dirección informó que en la primera ocasión, una patrulla lo trasladó hasta el DIF municipal y fue la Procuradora de la dependencia, junto con el juez calificador, quienes se hicieron cargo y tras una amonestación salió acompañado por su mamá.

En tanto que la segunda vez que fue detenido, se le trasladó a la Dirección de Seguridad Pública donde, por ser menor de edad, no pisó las celdas sino que quedó en la sala de espera hasta que llegó el juez calificador y la Procuradora del DIF.

Seguridad Pública no tiene más datos del menor y, aunque no descarta que tal vez pudiera haber sido detenido antes de esas fechas, los registros más antiguos de la dependencia se remontan a finales del 2009, que fue cuando se implementó el sistema computerizado y se empezó a recabar información de los detenidos para Plataforma México, programa a nivel nacional que permite tener una base de datos para que desde cualquier estado que se solicite información sobre un presunto delincuente se pueda contar con la misma.

Todos conocen a Jonathan Adriel Meneses Marín como "El Gallito", mote que le pusieron porque siempre le gustaron los gallos de pelea y en su casa criaba a 17 aves de esta especie.

Siempre se caracterizó por ser un rebelde que contestaba a sus maestros, muchas veces no entraba al salón y se brincaba las bardas para salir de la escuela.

Pasó por varias escuelas primarias y el último grado que estudió fue el primero de secundaria, donde estuvo hasta que lo expulsaron por su comportamiento.

Desde los 13 años empezó a fumar marihuana a escondidas de su familia y para no ser descubierto se echaba gotas en los ojos para que no se le pusieran rojos, se lavaba las manos y se cepillaba los dientes para que el olor no lo delatara; y lo hizo tan bien, que hasta hace muy poco tiempo su madre se enteró de que se drogaba.

Después de ser expulsado de la secundaria se metió a trabajar en una paletería y en las tardes en una carpintería, aunque hace cuatro años que empezó a vender droga, cuando una de las veces que fue a comprar su dosis le dijo a las personas que le vendían que quería trabajar y lo aceptaron; al día siguiente se presentó en la narcotiendita y le entregaron 13 dosis de cocaína.

Disfrazaba muy bien su actividad de narcomenudista con la venta de paletas y el taller de carpintería y entre la una y las dos de la tarde se plantaba en la puerta de las escuelas, donde vendía paletas y también algunas dosis de cocaína a los estudiantes más mayores.

En la tarde se iba a la carpintería y cuando terminaba su jornada laboral salía a vender droga a las colonias y también en el centro; poco a poco se hizo con una cartera de clientes fijos que le hablaban a su celular y les servía a domicilio o en el lugar en el que hubieran acordado hacer la compra venta.

Y con el tiempo empezó a crecer en poder y no se limitaba sólo a vender grapas sino que empezó a distribuir la cocaína a varios narcomenudistas de la isla, entre ellos a las dos mujeres ejecutadas.
Y aunque las primeras versiones señalan que el menor de edad era quien controlaba la plaza para "Los Pelones", al parecer Jonathan Meneses negó ser jefe de plaza y que ese señalamiento lo hizo la familia de las mujeres asesinadas por coraje.

De hecho, según informaciones que se pudieron recabar, hace algunos días decidió retirarse de la venta de droga y, contrario a lo que sucede en Cancún, no tuvo ningún problema, aunque le dijeron que debería hacer algunos favores al grupo de “Los Pelones”; el pasado miércoles recibió una llamada y le pidieron que recibiera al “Güero” y al “Negro” en la isla y que rentase un cuarto en el hotel San Jorge. Y el resto, ya se sabe.