Llegó ante los micrófonos a las 11:15 de la mañana. Trajeado, con una corbata verde, impecablemente arreglado se sentó en un banco listo para su primera conferencia de prensa.


El contorno de sus ojos presentaba un ligero color morado. “Tengo ojeras, no dormí”, dijo previo a su presentación en la que se dio a conocer su nueva investidura, esa que lo nombra como nuevo Presidente Deportivo del América.

Se quitó el saco y se puso una chamarra de la edición conmemorativa a los 95 años del club.

Ya no iba a ser el presentador ni el comentarista de Televisa Deportes que tanto salió a cuadro en los últimos años, ahora Ricardo Peláez es directivo del equipo que lo vio nacer como futbolista y donde vivió su primer regaño.

"Un día, jugando en esta cancha uno, en espacios reducidos, llegué al vestidor, sonriente porque habíamos ganado y le habíamos ganado a él y a Cristóbal"
“Un día, jugando en esta cancha uno, en espacios reducidos, llegué al vestidor, sonriente porque habíamos ganado y le habíamos ganado a él y a Cristóbal (Ortega), y a Luna y a esa gran base de futbolistas”, recordó ante un innumerable grupo de representantes de medios que se dieron cita en el Nido.

“‘Hay que ganar el domingo, hay que ganar el domingo en el Azteca', y me puso una regañada que me puse rojo, yo venía llegando y debutando y aprendí lo que es el liderazgo y lo que significa esta playera”, dijo Peláez sobre Alfredo Tena, el mismo que dirigió al equipo en este torneo.

Para platicar la escena que recordaba su juventud como futbolista subió la voz, tanto que no importó que se alejara un poco del micrófono para ser escuchado. Hasta que empezaron los cuestionamientos.

¿Quién será el nuevo técnico?, ¿Qué pasará con Ángel Reyna?, ¿Volverá Cuauhtémoc Blanco?, le preguntaban.

Entonces su semblante suavizó la sonrisa. Tomaba agua a cada momento y su mano temblaba. Incluso tuvo que ser estricto al hablar del equipo donde más hizo historia: el Necaxa.

Con 138 goles, diez años de carrera y una cancha con su nombre, dijo que no era momento para hablar de ese pasado que al menos él sí tenía presente.

Transcurridos más de 50 minutos se levantó del banco y por petición de los fotógrafos volvió a ponerse la chamarra del América, con el logo del 95 aniversario inscrito en el lado izquierdo, ahí donde los que saben de anatomía señalan el corazón.

Peláez volvió al América donde debutó, donde fue campeón, y donde ahora será Presidente.

15, 20, 25, instantáneas después subió el cierre a la chamarra y caminó a un lado de la cancha uno, rodeado de ocho hombres de traje, incluido su nuevo compañero, el Presidente Operativo Yon de Luisa, para recorrer “su nueva casa”, el Nido de las tempestades y comenzar la era Peláez.