Por eso es el “Chicharito”. En su momento de más irregularidad desde que irrumpió como figura, Javier Hernández mostró la estrella.

Ausente en el once inicial pero en la cancha durante la última media hora de juego ante Bosnia, el delantero del Manchester United le dio el triunfo a la Selección Mexicana por 2-1 a partir de un regalo de Stojan Vranjes en la compensación del encuentro.

Así, el DT José Manuel de la Torre podrá presumir que las segundas partes a veces sí son buenas, luego de que debutó al frente del equipo en febrero del 2011 frente a los balcánicos con una victoria.

A diferencia de aquel claro 2-0 en Atlanta, el partido de ahora estuvo a punto de terminar en un empate que habría sido justo porque algo falló en la Ciudad de los Vientos: entre las ráfagas heladas de aire, la lluvia, la intensidad del rival y los varios cambios en la alineación, el equipo mexicano no fue lo que se esperaba después de vencer el domingo pasado a Gales y, sobre todo, previo a su duelo contra Brasil.

Por fortuna, ese último parámetro “verdeamarelha” antes de iniciar la eliminatoria mundialista distará años luz del nivel de los rivales en esa competencia en CONCACAF, Guyana y El Salvador.

Además de que Ochoa fue titular, De la Torre innovó con la presencia de Hugo Ayala y Jorge Torres Nilo, en puestos que le quitó en este partido a Jesús Corona, Héctor Moreno y Luis Pérez.

Los mexicanos nunca dieron la impresión de estar cómodos y por ello resultó fundamental el gol tempranero de Giovani dos Santos al minuto 6’ en que sólo firmó un rebote tras un disparo de Aldo de Nigris por izquierda.

A partir de ahí, el Tri comenzó a ir cuesta arriba porque Bosnia no fue un flan galés.

Aldo de Nigris debió sacar casi en la línea un remate de Haris Medunjanin al 8’ y luego Ochoa presumir enormes reflejos para atajar disparos de la joya balcánica, Edin Dzeko, y Boris Pandza.

Giovani estuvo a punto del segundo al 27’ con un remate cruzado, pero en vez de ello cayó el tanto rival, firmado por Dzeko pero fantaseado por Zvejzdan Misimovic, que con un taquito dejó a su compañero en mano a mano frente a Ochoa, al que sólo dribló para empujar el balón a las redes al 29'.

La afición siempre de pie, para evitar entumirse porque la sensación térmica era de 4 grados centígrados, pareció tener mayoría balcánica, sobre todo por la intensidad de los gritos, ya que era imposible distinguir colores y camisetas porque los impermeables azules y amarillos predominaban en las gradas.

El partido se distinguió más por los roces y las chispas cercanas a la violencia: un caballazo del portero Asmir Begovic sobre Dos Santos en el primer tiempo, un codazo y como respuesta un manotazo entre Pablo Barrera y Vedad Ibisevic al inicio del segundo, además de los varios vasos de cerveza lanzados al campo de juego y el espontáneo que lo cruzó al medio tiempo.

Aunque Hernández y Andrés Guardado iniciaron en la banca, el “Chepo” reconfiguró el frente con sus ingresos al complemento, cuando también tuvo actividad Gerardo Lugo.

Ello significó una luz de esperanza porque así el ataque adquirió una distinta dimensión. El mejor momento alcanzado entre ambos fue a 10 minutos del final, cuando Guardado dejó frente al arquero al “Chicharito”, a quien le impidieron festejar el arquero bosnio y su defensa, Senad Lulic, este último con un desvío casi en la línea de gol.

Sin embargo, al minuto 92’ Hernández se encontró con el obsequio de Vranjes, quien abanicó y luego rebanó un intento de despeje, tras lo cual dejó el balón en su propia área chica, la zona donde “Chicharito” es rey, pase por el momento que pase.