Bayern Munich (3)1-1(4) Chelsea... 'Blues' Campeones de Champions en casa ajena

Así como perdió la Final del 2008 ante el Manchester United, el Chelsea obtuvo su primer título de Champions en la historia: en penales y ahora contra todos los pronósticos.

Didier Drogba fue el héroe de un triunfo “Blue” en penales, en los cuales Bastian Schweinsteiger quedó como el villano que terminó entre lágrimas y dejó impávida a toda la afición bávara en el Allianz Arena.

El Bayern Munich quiso enamorar y convertirse en el cuarto equipo en ganar el título en la historia en casa, sin embargo, el futbol no le hizo justicia porque el conjunto británico hizo que prevaleciera su afán pragmático, que para muchos sólo fue mezquindad.

El partido fue un “in crescendo” dramático, que se fue a tiempo extra por el tanto del marfileño al 88’ que significó el empate y que luego se fue hasta las últimas instancias por el penal que falló Arjen Robben en el primer tiempo extra.

El vaticinio sobre las posturas de ambos equipos se cumplió porque el Chelsea aplicó la misma táctica que le valió para eliminar al Barcelona en Semifinales: agazapado y sólo con ganas de sorprender y aprovechar sus momentos letales.

Por ello fue que los bávaros desde muy pronto fueron dueños del partido, obligando al Chelsea a defenderse con orden y suerte.

Prueba de ello fue el casi autogol de José Bosingwa luego de un arriesgado pase retrasado de Frank Lampard al 18’, o el poste que los salvó luego de un gran desvío con el pie por parte de Petr Cech, tras un disparo de Arjen Robben, que terminó incrédulo mordiéndose los dedos.

Pero ese era el sino de los alemanes, quienes nunca pecaron de infidelidad a su estilo y tampoco de escasa ambición. Lo que faltaba era contundencia.

Fue hasta pasada la media hora cuando los británicos mostraron su potencial ofensivo, con un tiro libre de Juan Mata, pero sobre todo al 36’, cuando Lampard casi deja a Drogba en mano a mano frente al portero, así como un minuto después con el riflazo de Salomon Kalou que tapó Manuel Neuer, luego de jugada bien tejida por Mata y Drogba.

Todavía faltaba mucho, pero a partir de ese momento comenzaron a pesar las fallas locales, como el remate que Mario Gómez voló en el área al final del primer tiempo o el gol anulado por fuera de lugar de Frank Ribbery durante el comienzo del segundo.

De todas las formas posibles se salvaba el Chelsea. Boca arriba, gracias al poste, a la casi perfección de Cech y a la oportunidad de sus defensas para aparecer como paredes con las que se topaban los disparos bávaros, pues así lo hizo Ashley Cole en varias ocasiones clave.

Sin embargo, el Chelsea convencía al convertir mezquindad en pragmatismo. El Bayern nunca pudo saberse tranquilo atrás, menos cuando Drogba desbordó por izquierda al 73’ y llegó hasta la línea de fondo para enviar un centro que en el área chica rompió Diego Contento.

Conforme se acercaba el final, el partido comenzaba a tornarse paradójico. Thomas Muller, que desperdició un par de remates con la figura descompuesta, marcó el 1-0 al minuto 82’ con un cabezazo a un par de metros de Cech, quien no pudo reaccionar a tiempo por el enorme bote que dio el esférico antes de entrar al arco entre su mano y el travesaño.

Pero si alguien merecía algo más en el Chelsea era Drogba, el delantero que corrió millas de sacrificio y que regaló un cabezazo potentísimo y de gran precisión al 88’ para aprovechar el primer tiro de esquina de su equipo (el Bayern llevaba 16) y empatar el encuentro.

A pesar de que el Chelsea cambió los papeles y terminó los 90 mucho más peligroso, al inicio del primer tiempo extra volvió a estar contra la pared por el penal que Drogba le cometió a Ribery, quien tras ello salió del juego.

Robben cobró potente y raso, insuficiente para vencer a Cech, que abrazó la pelota como si nunca la fuera a soltar.

A pesar de que Daniel van Buyten se quedó a centímetros de rematar un pase de Ivica Olic en el área chica al 108’, el duelo llegó a los penales, donde Juan Mata falló el primero del Chelsea, pero en el que los yerros de Olic y Schweinsteiger en los últimos dos cobros le dejaron la mesa puesta a Drogba, quien acertó el definitivo y provocó un bávaro “Maracanazo”.