Luego de que fueran identificados los dos ejecutados cuyas osamentas se localizaron el pasado viernes, la Policía Judicial del Estado (PJE) investiga la relación de los hoy occisos con algún grupo delictivo o si eran “chapulines”, por dedicarse a la venta de drogas de manera independiente.

José Aurelio Itzá Ayala, de 34 años de edad y Luis Enrique Kiau Ayala, de 25 años, eran las identidades de los dos ejecutados, quienes según sus familiares, fueron vistos con vida por última vez, el pasado 11 de septiembre.

El padre de uno de ellos, fue baleado apenas en el mes de junio de este año en su domicilio de la Región 95, por un comando armado.

La tarde del domingo, se presentaron en la Subprocuraduría de Justicia en la zona Norte María Ayala Dzul y Martina Kiau Ayala, para identificar las dos osamentas que fueron encontradas el pasado viernes.

Y es que de acuerdo con las vestimentas que fueron halladas alrededor de los restos óseos, se trataba del hijo de la primera y del hermano de la otra mujer.

Las osamentas fueron identificadas como José Aurelio Itzá Ayala, de 34 años de edad, originario de Valladolid, Yucatán y Luis Enrique Kiau Ayala, de 25 años de edad, originario también de Valladolid, Yucatán.

Aunque las mujeres rendirían hasta ayer su declaración ante el Ministerio Público del Fuero Común, se sabe que los dos occisos trabajaban como guardias de seguridad en un hotel de la Zona Hotelera.

Según las mujeres, los dos ejecutados fueron vistos por última vez el pasado 11 de septiembre, cuando Luis Enrique fue a buscar a su primo José Aurelio, para ir a comprar unas cervezas y ya nunca regresaron.

Sin embargo, los familiares de los dos ejecutados nunca interpusieron una denuncia porque según ellos, creían que se habían ido a trabajar a otro lado sin avisarles.

Ahora, después de la identificación de las dos osamentas, la Policía Judicial del Estado (PJE) investiga la relación de los dos occisos con algún grupo delictivo o si eran conocidos como “Chapulines” por vender drogas de manera independiente.

El padre de José Aurelio Itzá Ayala de nombre Hipólito Itzá Canché, fue baleado apenas en junio de este año, cuando se encontraba en su domicilio ubicado en la Región 95.

En aquella ocasión, el hombre de 53 años de edad se encontraba con su hija afuera de su casa, cuando vieron como una camioneta tipo Windstar color gris llegó hasta frente al domicilio y de la unidad descendieron cuatro sujetos portando armas largas y cortas.

De inmediato, padre e hija fueron amagados y obligados a entrar al domicilio en donde se encontraban más familiares.

Ahí todos fueron hincados y los empistolados comenzaron a gritarles: “¿Donde está el dinero?”, “Entreguen la merca”, refiriéndose a la droga.

Su hijo José Aurelio Itzá Ayala, fue tomado del cuello por uno de los sujetos armados y comenzaron a golpearle y a exigirle el dinero y la droga que se suponía estaba en la casa.

Fue entonces cuando Itzá Canché se armó de valor para defender a su hijo y tomó una herramienta comenzando a forcejear con uno de los sicarios, quien en respuesta accionó su arma de fuego hiriéndolo en los glúteos.

Los sujetos armados salieron corriendo del domicilio y para evitar ser seguidos, dispararon con las armas largas en ocho ocasiones para después subirse a la camioneta y escapar a toda prisa.

Las osamentas serían entregadas ayer a sus familiares, después de los trámites correspondientes.