¿DÓNDE ESTABAN LAS FEMINISTAS DESPUÉS DE QUE GOLPEARON A SILVIA DENTRO DE LA FISCALÍA DE LA MUJER?

“Entré a mi oficina porque la acaban de limpiar y me senté a trabajar y a los pocos minutos entró ella, Paola Naomi Pérez Llanes, cerró la puerta y fue cuando me dijo que ya estaba cansada de que le contestara cuando me decía algo, entonces yo le volví a repetir que solo había ido a entregar la justificación de la compañera y entonces ella alzó la voz y me dijo, “sí Silvia, pero ayer fue lo mismo con las listas”, entonces yo le dije que si me iba a gritar y a levantar la voz que abriera la puerta para que lo escuchen los demás, entonces ella dijo que sí, que lo podía hacer, y se regresó a la puerta, hizo como que la iba a abrir pero la volvió a cerrar inmediatamente, y se volteó para golpearme, golpeando mi cabeza contra la pared, me agarró de la cabeza y me empezó a golpear con sus puños, luego me jaló de mi cabello y me tiró al piso, yo me cubrí mi oreja derecha porque ella me había dado un golpe y me empezó a doler porque yo tengo una operación de reconstrucción de tímpano en mi oreja derecha; al oír los gritos llegó corriendo la licenciada que está en recepción J.C.M. y dos policías ministeriales (…)”.


Esa es parte de la declaración que ante el Ministerio Público realizó el 17 de junio de 2020, Silvia Nelida Sansores Pérez, quien se desempeñaba como perito antropóloga en la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos contra la Mujer, luego de que su jefa, Paola Naomi Pérez, la golpeara dentro de las instalaciones de la Fiscalía de la Mujer ese día.

Paola Naomi era la mano derecha de la entonces Fiscal Especializada, Lizbeth Lugo Hernández, quien representa a uno de los colectivos de defensa de los derechos de la mujer, Siempre Unidas, y quien obtuvo ese cargo por ofrecimiento directo del fiscal general, Óscar Montes de Oca Rosales, según comentó en entrevista la propia Lugo Hernández.

Después de la golpiza, no solo la agresora, Paola Naomi Pérez Llanes, y la fiscal especializada, Lizbeth Lugo, fueron dadas de baja, también la víctima fue despedida, según se lo notificó por César Octavio Ayerdi Hernández, director de administración y planeación de la FGE, quien antes de decirle que no se le renovaría su contrato, le reprochó: “seguramente tú diste razones (para que te golpearan)”. 

EL EMPODERAMIENTO. “SOY LA FISCAL TITULAR DE DELITOS CONTRA LA MUJER EN EL ESTADO DE QUINTANA ROO”

En los hechos narrados en su denuncia, la víctima refirió el temor que le tenía tanto a su agresora, Paola Naomi Pérez, así como a la entonces fiscal, Lizbeth Lugo Hernández, también activista integrante de la Red Feminista de Quintana Roo: “son autoritarias y hostigadoras y por lo general prepotentes”, quedó asentado en su querella, registrada con el número FGE/QROO/BJ/06/9768/2020:

“(…) (después de la agresión) la licenciada Elizabeth me dijo que la titular la licenciada Lizbeth Lugo Hernández le había dicho que yo subiera a hablar con ella, pero yo no quise ir porque yo ya las conozco, ellas dos son muy duras, no es la primera vez que tengo diferencias con ellas dos, con las licenciadas Lizbeth Lugo Hernández y Paola Naomi Pérez Llanes. Ahí en la Fiscalía de la Mujer todos les tienen miedo porque son autoritarias y hostigadoras y por lo general prepotentes, la titular Lizbeth Lugo Hernández siempre nos amenaza con levantar actas y nos dice que nos vayamos si no estamos a gusto en el trabajo, todas nosotras nos llevamos bien, vemos que ella no está a gusto con nosotras, yo le tengo miedo a la licenciada Lizbeth Lugo (…) mis compañeras y yo hemos pasado por situaciones de estrés, casi siempre a veces llora una, a veces llora otra, pero todas nos encontramos afectadas emocionalmente por la licenciada Lizbeth Lugo Hernández, no tenemos ningún apoyo de ella pero nadie dice nada porque le tenemos miedo y no queremos perder nuestro trabajo (…)”.

Según Silvia Sansores, la entonces fiscal Lizbeth Lugo Hernández ejerció prácticas de acoso laboral y de maltrato verbal hacia sus subalternas, y aporta una conversación que sostuvo con ella. En el chat se puede leer como el domingo 9 de febrero a las 6:43 de la tarde, la entonces Fiscal reclama a Silvia que se haya retirado de trabajar: 

“no había un horario ni algún privilegio, las compañeras están aquí desde el viernes y seguimos en jornada”, le dice Lugo Hernández a la perito antropóloga.

Silvia le explica que tiene un niño de tres años, que los domingos no hay guardería, que viene de Chetumal y no tiene familia en Cancún que se encargue de su pequeño y que la cuidadora ya se ha ido, a lo que la entonces funcionaria le contesta con un “resuelva y venga a terminar el mes que le correspondía. Porque la falta administrativa con su respectivo descuento por incumplir las órdenes de superiores de dos días será sancionado con descuento de al menos el doble de días ok”. 

Fuera de sí, Lizbeth Lugo Hernández advierte a la profesionista: “Soy la fiscal titular de delitos contra la mujer en el estado de Quintana Roo y las instrucciones son del fiscal general del estado. Acá hay otra menor y todas estamos haciendo el máximo esfuerzo para cumplir el objetivo de la alerta de género. Usted no es la única con menores hijos”.


DE LA VIOLENCIA VERBAL, SE ESCALA A LA VIOLENCIA FÍSICA…
Previo a la golpiza propinada a Silvia Sansores el 17 de junio pasado, a decir de la antropóloga, su agresora Paola Naomi Pérez Llanes y la fiscal Lizbeth Lugo Hernández, fomentaron un ambiente de temor y humillación entre el personal de la Fiscalía Especializada, en su mayoría mujeres. En abril, en plena pandemia por el coronavirus, las trabajadoras denunciaron públicamente el maltrato que sufrían por parte de una de las fundadoras del colectivo Siempre Unidas, integrante de la Red Feminista de Quintana Roo.

En abril, las mujeres adscritas a la Fiscalía Especializada señalaron a Lugo Hernández por amenazarlas constantemente con perder su trabajo si no cumplían sus órdenes, por maltratarlas y burlarse de ellas.

AGRESORA: ‘ALTANERA, GROSERA Y PREPOTENTE’, DESCRIBEN SUS COMPAÑERAS

En la Vice Fiscalía de Asuntos Internos de la FGE, también se integró una queja en contra de Paola Naomi Pérez Llanes y de Silvia Nelida Sansores Pérez, con número FGE/QR/BJ/VFAI/DSEC/06/51/2020; sobre los hechos, en su declaración, la denunciada afirmó que había tenido varios incidentes con Silvia relacionados con su trabajo, y según, la agresora, en todas esas ocasiones ésta le había respondido con groserías, al igual que el día que la golpeó.

Como parte de las indagatorias se requirió al personal de la Fiscalía Especializada reportar situación, anomalía o incidencia que hubieran tenido tanto con Silvia Sansores como con Paola Naomi Pérez, coincidiendo prácticamente todos los entrevistados en la actitud agresiva y déspota por parte de Paola Naomi Pérez. “alza la voz al pedir las estadísticas”; “se dirige con voz altanera”, “es muy grosera cuando te pide las cosas, altanera, le ha tronado los dedos a alguna, prepotente con todos”; “cuando solicita algo su forma de pedir es muy golpeada”; señalaron los entrevistados.

En el expediente de queja, igualmente obran cinco quejas en contra de Silvia Sansores, redactadas todas por Paola Naomi Pérez y hechas llegar a la entonces fiscal Lizbeth Lugo por supuestas faltas cometidas en el desempeño laboral de la antropóloga social, aunque en las mismas no se acusó copia a ningún funcionario superior de la Fiscalía General del Estado.

SILVIA, DESPEDIDA POR DAÑAR LA "IMAGEN" DE LA FISCALÍA 

Silvia Nelida Sansores Pérez, antropóloga egresada de la Universidad de Quintana Roo, y con una Maestría por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España, fue despedida el 25 de junio, unos días después de la agresión. Su baja se la comunicó César Octavio Ayerdi Hernández, director de administración y planeación de la FGE, bajo la justificación de que ‘había incumplido el Código de Conducta de la Fiscalía’, faltando al principio de “honradez, valores, honestidad honorabilidad y humildad”, porque ‘había dañado la imagen de la institución’, según narró Pérez Sansores:

“Ayerdi me dijo que había dañado la imagen de la institución porque ‘nos habíamos peleado (Paola y yo), yo entonces le dije que yo no había tocado a nadie, y le dije que ella había entrado a donde yo estaba sentada en el escritorio trabajando, cerró la puerta, me gritó y luego me había tomado de los cabellos, pero el Director de Administración me cortó diciendo que ya había visto los videos, e hizo señas con una mano para cerrar el tema. Ayerdi me dijo que yo también podía haberle pegado a mi agresora, a lo que yo le respondí que no, que yo nunca he tenido ni fomentado una situación así y me dijo que ya él sabía que teníamos roces, que a él le constaba y que seguramente yo la había insultado o provocado (…)”.

Desde el día de la agresión Silvia denunció a quien fungía como Coordinadora de Peritos en la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos contra la Mujer. Con la asesoría de dos abogadas de la Comisión Ejecutiva para la Atención a Víctimas, y a casi medio año de la agresión, la carpeta de Silvia no avanza en la Fiscalía General del Estado, la institución para la que laboraba, aunque ésta ya cuenta con peritajes, informes y la declaración de algunos testigos.

COLECTIVO FEMINISTA SE HACE DE LA FISCALÍA ESPECIALIZADA: ¿PREMIO O CASTIGO?

En entrevista, Lizbeth Lugo Hernández, fundadora de Siempre Unidas y una de las caras más visibles de la Red Feminista de Quintana Roo, reconoce que el cargo de titular de la Fiscalía Especializada de Atención de Delitos contra la Mujer se lo ofreció personalmente el fiscal Óscar Montes de Óca Rosales, sin embargo, lamenta que no contó con el apoyo de la institución:

“(…) el Fiscal me lo ofrece en razón de que nosotras (…) hicimos denuncias públicas de cómo había violaciones a derechos humanos dentro de Fiscalía, y el Fiscal lo que hizo, fue ok, pues toma, allí tienes el cargo, y cuál fue la situación, que nunca me apoyaron para que realmente lo resolviera de fondo, hice lo que pude, y lo que yo tuve fue una violencia política de por medio, donde mujeres, como la antropóloga (Silvia Sansores), estuvieron de parte de la violencia política porque a mí los periodicazos que me dieron no son verdad, no es mi personalidad, la gente que me conoce personalmente sabe que no soy así, tengo un carácter fuerte sí, soy rígida, sí, pero porque me gusta ser profesional, pero de allí a que yo humille, denigre, o haga algún tipo de situación en el trabajo, no. Y lo que me dice a mí que fue violencia política es porque justo trataron de degradar mi postura como mujer feminista, fue el atacarme desde allí”, expone Lugo.



AGRESIÓN A SILVIA, GRAVE Y REPROCHABLE

Lizbeth Lugo Hernández acepta que la golpiza que su entonces mando, Coordinadora de peritos, Paola Naomi Pérez propinó a Silvia Sansores, “fue reprochable en todo momento, y es grave. Nadie tiene derecho a lo que se hizo, y el golpe fue para mí, la que se quedó con toda la carga soy yo”, considera la activista, quien dice, que con todo el expertise que tiene en temas de violencia de género, no detectó la conducta violenta de una de sus empleadas más cercanas:

“Nunca pensé que se llegara a tanto, (…) nadie me hacía llegar ese tipo de comentarios, a mí nunca nadie me hacía llegar eso, (…) ella (Paola Naomi Pérez) venía y me daba los resultados (…). Y ninguna, y nunca nadie se me acercó, además de que esto fue un detonante de dos tres meses para los últimos meses que yo estuve, fue como abril, mayo, junio, donde todo esto se detonó. Yo no sabía cómo era la dinámica porque es una cara que te dan a ti como jefa y es otra cara la que dan al interior, a mí nadie se me acercó de la Fiscalía y me dijo es que Paola es bien grosera, a mí ella me daba resultados muy buenos (…)”, refiere Lugo Hernández.

De acuerdo a la fundadora de Siempre Unidas, la situación con Silvia Sansores Pérez y que derivó en la golpiza que ésta recibió dentro de las instalaciones de la Especializada de Atención de Delitos contra la Mujer, tuvo su origen en “una problemática personal con la antropóloga porque la calidad de su trabajo era muy mala, yo fui muy exigente siempre”. (…) “Me entregaban trabajos pésimos donde se veía que carecían de conocimiento de qué tenían que hacer dentro de una unidad de análisis y contexto, les hice bastantes observaciones a sus primeros casos (…)”. “Esto lo toman personal, porque yo les decía no voy a aceptar esto, ni en la universidad me lo aceptarían”.

La tirante relación laboral entre la antropóloga Silvia Sansores, Paola Naomi Pérez y ella como titular de la Fiscalía Especializada, derivó en una canalización de la antropóloga a la Dirección de administración y planeación de la FGE, al mando de César Octavio Ayerdi Hernández, por lo que, en el hecho, la agresora Paola Naomi Pérez ya no debía tener contacto con Silvia Sansores, refirió Lizbeth Lugo:

“(…) tuve que hacer la mediación con administrativo de la Fiscalía porque ella (Silvia Sansores) tomó una postura bastante agresiva conmigo, al grado que llegó a insultarme en mi oficina, llegó a gritarme en mi oficina; hubo un momento en el que dije, yo ya no voy a tratar con ella, yo se lo trasladé a mi director de administración, Ayerdi. Todos los oficios se tienen desde el momento en que yo denunciaba sus conductas; y solo lo hice como una forma que evidenciara que yo ya no estaba teniendo control con sus actitudes”.

La ex Fiscal Especializada en Delitos contra la Mujer reconoce que de los oficios de la conducta de Silvia Sansores no le giró copia a la supuesta infractora; pero tampoco lo reportó a ningún superior, ni al Director de Administración, o al menos eso se desprende de la carpeta de queja FGE/QR/BJ/VFAI/DSEC/06/51/2020, en la que el 18 de junio pasado, César Octavio Ayerdi Hernández envió un informe en el que remitió copia del expediente institucional de Silvia Nelida Sansores Pérez, refiriendo que “en el expediente personal existente en este departamento no cuenta con acta administrativa alguna”.

A CONTRACORRIENTE DE LA BUROCRACIA

Lizbeth Lugo, especialista en Derechos Humanos, comentó que viniendo de la sociedad civil, fue difícil la adaptación a las formas burocráticas de la Fiscalía y el Ministerio Público, la falta de compromiso y rendimiento del personal, la lentitud en el trabajo y las actitudes: “tuve una gran expectativa respecto a modificar las prácticas dentro del Ministerio Público, y eso sí lo considero, a lo mejor a veces se salió de control la forma de comunicarnos porque ellas me empezaron a boicotear al interior de la Fiscalía, periodicazos; (…) no solamente era la Antropóloga, había bastantes chicas allí, licenciadas que no estaban de acuerdo con la dinámica que les estaba yo proponiendo de trabajo, (…) algunas sí estuvieron de acuerdo, (…) era principalmente como la gente muy sensible al tema de violencia, que sí les interesaba atender el tema de violencia de género, (…) desafortunadamente en su mayoría no me apoyaban porque la dinámica era de un trabajo muy riguroso”.

Las solicitudes de un mayor número de personal, de cambio de personal que no estaba de acuerdo con la nueva forma de trabajo y de capacitación del personal no encontró eco ni apoyo, destaca Lugo:

“Gire oficios donde decía que necesitaba más personal, hice lo necesario, yo sabía que era mucho trabajo para tan poco personal, yo nunca tuve una asistente particular. (…) Yo me la vivía en la Fiscalía, (…) trabajaba 18 horas al día y tenía una vigilancia permanente que fue como lo interpretaron, como una vigilancia permanente”.

En perspectiva, Lugo Hernández reconoce que hubo un exceso de trabajo: “siendo crítica hubo un sobre exceso de trabajo para las personas que estuvieron allí, pero también, yo como se los dije, nadie me apoyó aquí, nunca me dieron un Ministerio Público más, un Policía Ministerial más, no me capacitaron al personal, no me cambiaron al personal que ya era de por sí rígido en cuanto a mí entrada a la Fiscalía. Todo ese tipo de cuestiones no las atendieron de fondo”. 

GOLPETEO DE LA FISCALÍA

La integrante de Siempre Unidas, y quien ha participado en las recientes manifestaciones feministas en Cancún, considera que iniciar carpetas en su contra es significado de persecución por su activismo: “ahorita ya hay golpeteo por parte de la Fiscalía, ahorita ya me hicieron una carpeta porque yo me continúo movilizando como defensora de Derechos Humanos, y eso ya nos les está gustando (…). Si ahorita existe una carpeta de investigación en la que se me denuncie como agresora laboral, para mí esa carpeta que no fue notificada en su momento que no fue antes de esta ruptura con la Fiscalía, para mí es significativo de persecución. A mí hasta el momento no se me ha notificado nada, ya solicité que se me haga de mi conocimiento si hay las carpetas pero no, hasta este momento no me han contestado nada ni he sido notificada”, comenta Lugo.

Las carpetas FGE/QROO/BJ/06/9768/2020 y FGE/QR/BJ/VFAI/DSEC/06/51/2020 a las que tuvo acceso esta periodista se iniciaron el 17 de junio pasado, el mismo día en que Silvia Nelida Sansores Pérez fue agredida por su jefa inmediata en la Fiscal Especializada en Delitos Contra la Mujer. Y aunque como Lugo Hernández reconoce, fue un hecho grave, ningún colectivo feminista ha brindado apoyo a la víctima ni ha condenado el ataque que sufrió y menos aún ha reclamado una investigación a fondo.