Asesino fallido se "pasea" impune ante inmovilidad de la Procurauría

En total impunidad se encuentra un malhechor que estuvo a punto de enlutar a una familia, todo por la corrupción que existe en la Procuraduría de General de Justicia del Estado (PGJE), que lo dejó en libertad.

Con toda tranquilidad, el drogadicto conocido como “El Güero” trabaja manejando el radiotaxi número 13, mientras que la mujer a quien intentó matar teme por su vida y la familia pide justicia y que se acabe la impunidad
Como se recordará, desde el mes de marzo, fue señalado que la complicidad de autoridades federales, estatales y municipales ante un negocio clandestino ubicado en el centro de Chetumal, en el que se venden bebidas alcohólicas, drogas y se ejerce la prostitución, estuvo cerca de propiciar una tragedia.

El hijo de los propietarios de este añejo negocio ilegal, irrumpió en una casa aledaña, donde intentó asesinar a una mujer, hecho que fue presenciado por sus pequeños hijos, que quedaron aterrorizados tras observar el suceso.

Desde hace más de 15 años, y a pesar de ubicarse a escasos metros de la Delegación del IMSS y de la XI Zona Naval, en un casa de una planta, color mamey, ubicada casi en la esquina de las avenidas Chapultepec y 5 de Mayo, de manera clandestina se venden cerveza, droga y se ejerce la prostitución con cierta complacencia de autoridades de los tres niveles.

Lamentablemente, esta falta de acción de las autoridades, provocó un hecho sangriento el pasado 27 de marzo de 2012.

Ezequiel Bello, conocido como “El Güero”, un
drogadicto que es hijo de los señores Fernando Bello y “Doña Beni”, quienes tienen a su cargo este negocio ilegal, fue a la casa de sus vecinos con la firme intención de asesinar a una mujer de nombre Sara Rosita Arcos.

Los hechos se presentaron alrededor de las 23:00 horas, cuando Ezequiel Bello tocó la puerta de su vecina, a quien le dijo que le pagaría un dinero que le adeudaba a su marido, quien no se encontraba en la vivienda a esa hora, pues estaba trabajando.

Por ser una hora inadecuada, la mujer le pidió que le diera el dinero por la ventana, pero el mozalbete le dijo que mejor abriera la puerta.

No obstante, al momento de abrir la puerta, “El Güero” la sujetó con fuerza y le dijo que la iba a matar.

Inmediatamente y en presencia de sus dos hijas menores de edad, arrojó a la mujer al piso, le colocó una de sus rodillas en el estómago y sacó un cuchillo, efectuándole dos cortadas en el cuello, por lo que la mujer comenzó a sangrar abundantemente.

La angustiada mujer empezó a gritar, por lo que el agresor trató de cortarle en el estomago, pero ella detuvo el cuchillo con su mano.

Los tres minutos del forcejeo, donde la agraviada gritaba desesperada por ayuda, provocaron la alerta de los vecinos, quienes subieron en su auxilio.

Tanto la madre como la esposa del agresor le dijeron a éste que se fuera del sitio, y su hermano se lo llevó en una motocicleta para esconderlo de las autoridades, pues la agraviada rápidamente utilizó su celular para llamar a la policía.

Ante los terribles hechos, se abrió la averiguación previa AP/ZS/CHE/01/SD/1189/3-2012.

Sin embargo, más de mes y medio ha transcurrido y el agresor, con toda la impunidad que le brinda la PGJE, se dedica a trabajar en un radiotaxi, generando el temor de la familia que estuvo a punto de enlutarse por la complacencia de las autoridades con el añejo “clandestino”.

La familia de la agraviada reitera su exigencia a la PGJE, a cargo de Gaspar Armando García Torres, para que el sujeto en cuestión, quien estuvo a punto de cometer un crimen, lesionó a la agraviada y ha causado un daño emocional irreparable a sus dos hijas menores, reciba el castigo que se merece y no quede como otro suceso que goce de impunidad, como la operación de esta casa de vicio ubicada en el centro de Chetumal.