¿Qué tiene que suceder en Quintana Roo para que se vaya el General Villa?

En ocho meses que lleva el general Carlos Bibiano Villa Castillo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, no ha habido un solo mes en el que no se registre un incidente relacionado con la actuación de sus jefes policiacos, de sus escoltas o de la Policía Estatal; desde el anecdótico olvido de la pistolas de un escolta del General en uno de los vestidores de la tienda Coppel de la avenida Tulum, de Cancún; hasta el homicidio del agente preventivo Jorge Amir Flota Matos, quien cayó víctima de los disparos de los escoltas del Secretario de Seguridad Pública.

Apenas el jueves pasado, la diputada Patricia Sánchez Carrillo declaró que se le ha solicitado al gobernador del estado, Roberto Borge Angulo, la renuncia de Villa Castillo, pero “él se ha mantenido en la postura de que el permanezca”; destacó la legisladora panista.

Y es que además de los incidentes particulares, protagonizados por sus escoltas o jefes policiacos, el crimen organizado en Quintana Roo ha ganado terreno durante la administración de Roberto Borge Angulo.

En agosto pasado, la asociación civil México Evalúa, dio a conocer que de acuerdo al Índice de Víctimas Visibles e Invisibles (IVVI), en Quintana Roo los delitos de alto impacto como el homicidio, el secuestro y la extorsión se han disparado en la administración del gobernador Roberto Borge Angulo.

“En Quintana Roo, el Índice de Víctimas Visibles e Invisibles aumentó considerablemente entre los periodos de Hendricks y Borge, al pasar de 2.29 a 22.08. Este aumento se debió, en gran parte, al crecimiento del indicador de extorsión que pasó de 6.33 con Hendricks, a 48.70 con González y a 72.08 con Borge. También el indicador de secuestro aumentó en ambos periodos, aunque en menor medida. De igual forma, entre el periodo de González y el de Borge, se incrementaron los indicadores de homicidio y de robo de auto con violencia”, señala el informe.

De lo cómico a lo trágico
Dicen que lo que mal empieza mal acaba, y en el caso del General Carlos Bibiano Villa Castillo, los asuntos de Seguridad Pública no empezaron muy bien. El 30 de marzo, cuando aún no tomaba posesión como Secretario de Seguridad Pública, un elemento del cuerpo de escoltas de Villa Castillo, quien iba acompañado por otros guaruras, acudió a la tienda Coppel ubicada en la avenida Tulum de Cancún, para adquirir algunas prendas de vestir, sin embargo, el escolta, dejó constancia del hecho, pues abandonó su arma de cargo en uno de los vestidores, lo que causó momentos de tensión; fue hasta que arribaron elementos de la Policía municipal de Cancún, que corroboraron que el arma olvidada pertenecía a Galindo García Maldonado, quien se identificó como elemento de la Policía Estatal y miembro del grupo de escoltas del General Villa.

Una bala perdida
Un mes después, el propio Carlos Bibiano Villa Castillo, fue protagonista de un hecho bochornoso, que aunque grave, nuevamente se quedó en lo anecdótico. Ocurrió el 2 de mayo, cuando a un escolta del Secretario de Seguridad Pública del estado, se le escapó una bala, minutos antes de que Villa Castillo y su cuerpo de seguridad cruzaran hacia Cozumel.

El incidente tuvo lugar en el muelle fiscal de Playa del Carmen, donde se cayó un andamio, lo que produjo un estruendo similar al de la activación de un arma de fuego, por lo que los escoltas del general Carlos Bibiano Villa, adoptaron posición de defensa y ataque, y ordenaron a las personas, entre turistas y empleados que allí se encontraban, tirarse al suelo; pero, la falta de pericia de uno de los policías, generó que se le escapara un tiro; de lo cual quedó registro en el lugar, donde el suelo fue perforado. Ese día, el General Villa, quien se caracteriza por una desaforada verborrea, curiosamente se negó a ser entrevistado.

El asesinato del policía estatal, la huella de Villa por Q.Roo

Pero sin duda, el hecho que más ha marcado el paso del Bibiano Villa por Quintana Roo, ha sido el homicidio del policía estatal Jorge Amir Flota Matos, quien murió víctima de una balacera dirigida por escoltas del Secretario de Seguridad Pública, hecho por el cual están siendo procesados Ulises Martínez Jiménez y Eduardo Sánchez Hernández.

Fue el 30 de mayo, cuando se suscitaron los hechos; y en un intento por proteger a sus escoltas, Villa Castillo aseguró que la muerte del policía estatal se había producido cuando su personal de ayudantía respondió a una agresión de un conocido traficante de la zona libre de Belice, apodado “El Español”. Villa Castillo incluso mostró las supuestas balas que habían causado la muerte de Flota Matos, para descartar que éstas pertenecían a las armas de sus hombres; pero ante lo que amenazaba convertirse en una rebelión de la Policía Estatal, el secretario de Gobierno, Luis González Flores, reconoció que los presuntos culpables del homicidio, eran los escoltas de Villa Castillo.

El asesinato del policía estatal cimbró al General Villa, quien debió haber presentado su renuncia en ese momento, no sólo por la actuación de sus escoltas, sino por la pérdida de credibilidad, ante sus mentiras para proteger el crimen de sus policías. Pero el 15 junio, fue el propio Secretario de Gobierno, quien, en conferencia de prensa, apalancó al funcionario de Seguridad Pública, aseverando, que éste tenía el respaldo del gobernador Roberto Borge, para continuar en su encargo.

Una borrachera de escoltas
El 6 de octubre pasado, nuevamente los escoltas de Villa Castillo fueron el blanco de señalamientos, pues, de acuerdo a versiones de testigos, un grupo de sujetos, pertenecientes al personal de ayudantía del Secretario de Seguridad Pública del estado, terminaron su carrera sobre el camellón central de la avenida Revolución con Othón P. Blanco, en Chetumal, donde derribaron un poste, propiedad del ayuntamiento capitalino.

Los escoltas del general Bibiano Villa, viajaban a exceso de velocidad y en estado alcohólico, cuando el conductor del automóvil Chrysler, modelo Cirrus, color rojo, sin placas de circulación, perdió el control del volante al llegar al cruzamiento con la avenida Othón P. Blanco, y la unidad se montó sobre el camellón central, derribando un poste de alumbrado público, según refirieron, ese día, vecinos que presenciaron los hechos.

Por error, "catean", sin orden judicial, vivienda de madre soltera en zona maya
El historial de inutilidad, falta de preparación, y abuso de autoridad de los escoltas de Villa Castillo no parece tener freno, pues a finales de noviembre, los hombres que se encargan de la seguridad del General, “catearon”, sin orden judicial, una vivienda en Kantunilkin, ciudad maya del municipio Lázaro Cárdenas, y en la que supuestamente se vendían drogas; pero el fallido operativo no rindió frutos, pues el hogar allanado pertenecía a Rosa Clara Dzul Dzul, una madre soltera, quien vive en el lugar con su hijo de siete años.

Otro cateo sin orden judicial, ahora en caso de septuagenario, a él lo hieren con balas de "goma"
Lo único que ha cumplido el General Carlos Bibiano Villa, desde su llegada a Quintana Roo, es la práctica de abuso policial, que anticipó, y que lo ha caracterizado en su carrera como policía; tendencia que ha tolerado y extendido hacia la tropa, como se comprueba con los hechos ocurridos el 9 de diciembre pasado, cuando elementos del grupo ‘Zorros’, irrumpieron en la humilde vivienda de Manuel Jesús Tox Sosa, de 70 años, con el objetivo de realizar un cateo, también sin orden judicial, en busca de drogas.

Los hechos ocurrieron en Bacalar, y concluyeron con un saldo negativo, pero sobre todo, lamentable, ya que el septuagenario Tox Sosa recibió una herida de bala en el brazo; mientras que una de sus nietas fue despojada de 7 mil 500 pesos que acababa de retirar del banco.

Por estos hechos, una hija y una nieta de Manuel Jesús Tox Sosa interpusieron la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público, y ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Para este reciente abuso policial, el general Bibiano Villa, también tuvo su propia versión, pues aseguró que los agredidos, habían sido los policías, quienes fueron atacados con piedras y cocos por los habitantes de Bacalar, al intentar impedir que los uniformados se llevaran a Tox Sosa; aseverando además, que los policías del Grupo Zorros, habían disparado “balas de goma”, y lo que es más, la Dirección Jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública, interpuso una denuncia, “contra quien resulte responsable”, por la “agresión” a los policías, y por el extravío de una pistola.

Sin embargo, los hechos del sábado pasado, protagonizados por el sub secretario estatal de Seguridad Pública, Manuel Jesús Cicero Salazar, hacen insostenible la continuidad del General Villa Castillo, pues dejaron ver el tipo de personas que dirigen la Seguridad Pública en Quintana Roo, su “personalidad”, y lo peor, su grado de peligrosidad.

Si todo esto, no es suficiente para que el general Carlos Bibiano Villa Castillo se vaya de Quintana Roo, qué se necesita?. Si el gobernador Roberto Borge Angulo, decidió encargar a Villa Castillo la Seguridad del estado, luego de una “evaluación conjunta con el titular de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván”, como dijo cuando se oficializó su nombramiento, ya va siendo hora de que Borge Angulo, le pregunte a Galván Galván si no tiene otra opción; pero una más rápida que la de nombrar a Salvador Rocha Vargas como sub secretario de Seguridad, y que desatará una guerra de protagonismo entre éste y Villa, y que dejará sólo sitio para uno. (NoticaribeNews)