30 mil voces cantaron a la Gudalupana

Tal y como ha sido costumbre año con año, nuevamente la noche de ayer, miles de cancunenses ofrecieron desbordantes muestras de amor, fervor, fe y devoción hacia la Virgen de Guadalupe, en el marco de la celebración del 480 aniversario de su aparición en el Cerro del Tepeyac ante el indio Juan Diego, lo que fue celebrado en la parroquia erigida en su honor mediante la acostumbrada Misa de Gallo, en la que se incluyó la tradicional serenata en la que más de 30 mil voces entonaron al unísono las infaltables “Mañanitas”.

En un templo totalmente atiborrado de feligreses, que se encontraba hermosamente decorado con flores y motivos guadalupanos, el sacerdote Rafael Ruiz Padilla encabezó en esta ocasión las celebraciones para adorar a la patrona del pueblo mexicano, para lo que además de los acostumbrados cánticos litúrgicos alusivos a la Virgen Morena, coreó junto con la nutrida concurrencia, los vivas y alabanzas tanto hacia ella como a San Juan Diego.

Niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, movidos por la fe y el amor que sienten hacia la guadalupana, cantaron, casi al filo de la media noche, a todo pulmón las tradicionales “Mañanitas”, entonadas a su vez por un gran coro eclesiástico ataviado con blancas vestimentas y acompañados por acordes de guitarras, claves y sonajas, quienes dentro de la serenata interpretaron toda una serie de piezas musicales alusivas a la “Reina de América”.

Desde al menos una hora antes de la celebración litúrgica que dio inicio a las 23:00 horas de ayer, la parroquia de “Nuestra Señora de Guadalupe”, lucía casi al máximo de su capacidad, con feligreses y peregrinos, entre los que sobresalió una ruidosa batucada juvenil, que hasta algunos minutos antes de la misa, continuaban ingresando para no perder detalle de la homilía, en la que el sacerdote Ruiz Padilla solicitó a la concurrencia pedir siempre a la Virgen de Guadalupe, “nos dé la fuerza, el amor y la paz que necesitamos los mexicanos para seguir adelante en nuestras vidas. Porque el verdadero guadalupanismo está centrado en la fe”.

Cabe recalcar que en torno al céntrico templo guadalupano de la Supermanzana 63, se desarrolló una auténtica verbena popular, en la que se instalaron más de 20 puestos de comida, antojitos, venta de recuerdos alusivos a estas festividades, así como las tradicionales fotografías del recuerdo con burritos y en escenografías con paisajes alusivos a la aparición de la Virgen Morena, hacia el año de 1531, en el Tepeyac.
De igual manera, que pese a la multitudinaria congregación de feligreses, los festejos transcurrieron en completa calma, gracias a un amplio dispositivo de prevención conformado por elementos de Seguridad Pública, Tránsito, Bomberos y Protección Civil.